sábado, 22 de septiembre de 2012

Tres puntos para seguir soñando

martes, 18 de septiembre de 2012

Entrenadores

 
Un día leí unas declaraciones   de un gran entrenador que hablaba  sobre los planteamientos tácticos hacia los entrenadores y decía; “se transparente en las propuestas, tanto tu confianza como tu credibilidad aflorarán sin más explicaciones. Si consigues, con ventajas e inconvenientes, que tu equipo sea solidario, que formen un grupo de personas, que todos los días entrenan con entusiasmo para ser buenos futbolistas, para realizar un juego bonito y efectivo, que colaboren entre ellos  con entusiasmo y sacrificio, seguro que eres un buen entrenador, tus jugadores lo certificarán.
Tuve el placer de certificarlo y ahora con el paso del tiempo indagando, rebuscando en mis anotaciones me aparecen testimonios propios de lo ocurrido en aquellos años. Estamos hablando de Rafa Benítez, el control sobre el equipo, el club, la perfección y lo incansable de su trabajo y como consecuencia claro está el nuestro. Gestionaba el equipo de una manera intensa, permanente, con una estabilidad emocional a veces desmesurada, entrenaba con el mismo entusiasmo  la línea defensiva, la combinación, el regate,  el pase, o los cambios de orientación, que lo emocional buceando en la concentración interna del jugador. Porque si entrenas la solidaridad, el equipo mejorará en todas sus facetas, tanto técnico-tácticas como sobre  todo psicológicas.
Continúa; establece conexiones, conduce las conductas, orienta ante los proyectos, lleva a tu grupo al fin  común del compromiso.  Las tácticas son líneas, números, geometría y por muchas que diseñes un equipo las  relaciones son cruciales  al fin y al cabo se pasan muchas horas juntos, entrenamientos, concentraciones, actos……
Todo un “enfermo” del balón, decía a cerca de los entrenadores que nosotros tenemos la obligación de sacar el máximo rendimiento de nuestros jugadores y para ello tenemos que ser capaces de distinguir donde está la línea de lo real, “un buen entrenador debe acercar a sus jugadores a su máximo potencial, o que sea capaz de  descubrirlo. Esa es su principal función, rendimiento, y en lo que debe pensar un entrenador todos los días en todas las practicas de entrenamiento.