El entrenador, tiene como objetivo principal durante
el entrenamiento y en la competición, la de sacarle el máximo rendimiento a sus
jugadores y así desarrollar todo su talento físicos, tácticos-técnicos, motores
y por supuesto los psicológicos, que van a repercutir claramente en su
rendimiento deportivo. Tanto su actitud, como su talento físico van a
determinar su rendimiento dentro del entrenamiento y la competición, siendo
este el objetivo fundamental del entrenador que debe atender y resolver
aquellos problemas relacionados con su práctica.
El entrenador debe saber siempre sobre qué y cómo
motivar a su equipo individualmente para el beneficio del grupo, porque no
olvidemos que cada uno posee un potencial diferente que le va a permitir rendir
de forma diferente.
La preparación del entrenador va a resultar
decisiva, para luego poder diseñar los programas de intervención hacia sus
jugadores y de este modo mejorar la actuación del grupo. Debemos conocer mejor
a las personas que entrenamos, saber transmitirles nuestras propias
experiencias y conocimientos para obtener el máximo rendimiento al talento de
cada jugador.
Tenemos que tener presentes que no existen unas
reglas fijas en cuanto a los modelos de intervención hacia los jugadores, así
un determinado jugador le puede resultar problemático a un entrenador ,
mientras que a otro entrenador ese mismo jugador se puede adaptar perfectamente
a su esquema. Para ello debemos utilizar todas las armas que estén a nuestro
alcance e impedir que los rasgos individuales de un jugador se conviertan en
negativos dentro de la estructura del grupo.
Cada individuo tiene una personalidad diferente, el
conocimiento por parte del entrenador de todos sus jugadores va a resultar
clave en el funcionamiento y será clave la capacidad que tengamos en el manejo
del comportamiento interpersonal. El manejo del aspecto humano de tu propio
equipo, evitará problemas de rendimiento a nivel general.
Los problemas que puedan surgir durante el entrenamiento son diversos y deben
ser resueltos gracias al entrenamiento. La practica propia del fútbol y su
complejidad inciden decisivamente en el funcionamiento, por ejemplo el número
elevado de participantes con sus características, tácticas, técnicas, físicas y
psicológicas. Las formas de la competición, liga, eliminatorias, que dificultan
los periodos de descanso, son incidentes en cuanto a planificación de los
sistemas de competición. También determinados factores ajenos a la competición,
como son cambios de entrenador, problemas económicos, medios de comunicación,
etc..
Debemos tener en cuenta a modo de conclusión que el
nivel de planificación general del
equipo cuyo indicativo principal suele ser el rendimiento durante la
competición y por otro lado la planificación individual de cada uno de los componentes
del equipo, cuyos referentes básicos son el nivel de desarrollo y el estado de
forma de cada uno de ellos.